Una noche comencé a sentir que mi cabeza se agrandaba, como un globo, pero a la vez con la sensación de ser de hierro.
Ese dolor me acompañó por muchos días, y sólo podía mantener mis ojos cerrados.
Al cerrarlos entraba directamente en dimensiones paralelas.
Las realidades que veía eran diferentes entre sí. Muchas de ellas eran densas, pesadas, pegajosas, sombrías. Sus sensaciones eran de soledad abrumadora.
Otros planos de la realidad eran sutiles, suaves, luminosos, organizados, inteligentes, amorosos, con vistas extraordinarias.
Los seres eran bellos suaves y alegres.
Mientras todo eso sucedía, el virus recorría mi cuerpo, sintiendo como cada órgano estaba inflamado.
Mi primer contacto fue el bazo.
Este órgano comenzó a inflamarse y a latir… luego todo el sistema digestivo comenzó a reaccionar con vómitos y náuseas.
Pasaban las horas… y mi cuerpo se deterioraba.
Así transcurrieron 6 días, hasta que un día el oxígeno bajó, supe que el virus había llegado a los pulmones.
Urgente al hospital, el cuadro se había agravado.
Al llegar tuve la sensación de entrar en una tienda de campaña de guerra. Gente alterada, descompuesta, agonizante, asustada. Médicos y enfermeros intentando cubrir la necesidad.
12 largas horas de espera hasta ser llevada a un box, donde ahí comenzaron con el tratamiento.
Allí aparecieron personajes que poco puedo recordar, pero que marcaron mis horas en ese lugar
El cuerpo no me respondía. No podía moverme. Me sentía cada vez más lejos de mi espacio físico, sin embargo cuando sentía la medicina en mi sangre, o los pinchazos del anticoagulante en el abdomen , me traían nuevamente como una aspiradora traga el polvo.
Asi pasaron horas, días, sin saber exactamente cuando fue ayer o mañana
En esos tiempos viví fuera de tiempo.
Había personas muy apáticas, enojadas y fastidiosas muy temerosas de contagiarse. Las entiendo.
Llegaron a mi también personas que me dieron instantes de amor, a través de su trato con dulzura y paciencia pero por sobre todo respeto.
He sentido una de esas confusas noches que dejaba este plano.
Yo sentía que flotaba, que había algo en mi que no pesaba…
Esa noche recuerdo que venían a tomarme los signos vitales muy seguido.
En un instante estaba en un lugar. Era una calle empedrada de adoquines grisáceos. A ambos lados de la calle la edificación era bien europea o porteña.
Había grandes rejas negras que protegían a estos palacios de 1900.
Hubo una puerta que me llamo la atención.
Era de hierro negra con vidrios transparentes.
Detrás se veían unos seres extraños.
Me miraban tímidamente.
Yo sentí temor. Sin embargo estaba decidida a ir. Quería “ ver” aquello que me causaba temor, vacío, angustia.
Estaba decidida a afrontar todo eso.
Camino. Sigilosa y lenta.
De repente alguien , que no tengo identificado , me dice … “ No por ahí no es la salida”
Lo intento mirar pero no lo veía , solo sentía su presencia.
Caminé por esa calle y no recuerdo bien cómo terminé sentada en una avenida algo ruidosa pero me hacía sentir segura y tranquila.
Recuerdo que alguien me iba a venir a buscar.
Mientras esto sucedía, mi cuerpo estaba débil, mis palpitaciones bajaban, la presión también y el oxígeno seguía bajando….
Posiblemente a partir de ese momento todo este proceso comenzó a madurar.
Si bien mi cuerpo seguía muy débil, yo sentí que algo había cambiado en mi.
Una mañana ( lo sabía porque me traían el desayuno)
Me pregunté… si dejo este plano… qué siento que queda pendiente?
Me sentí en paz con casi todo. Sin embargo había algo pendiente, “decir“ aquello que callé por miedo a romper una cierta armonía, a que me dejen de amar, a lastimar, miedo al abandono, a quedarme sola.
Me di cuenta que había muchas cosas que decir y que hacer.
Me quedaba tomar decisiones, ordenar en prioridades mi vida
Y enfrentar el miedo paralizante de ser abandonada .
Después de 7 confusos días regresé a casa.
Muy débil, con oxígeno y muy pero muy sensible.
Los días posteriores fueron días de mucho movimiento, porque decidí hablar … decidí decir todo lo que tenía para decir…
Y ocurrieron cambios.
Sigo en recuperación . Hoy 2 de septiembre del 2021 hace exactamente 1 mes que comenzó esta experiencia con el COVID.
Me siento diferente. Me siento vulnerable y a la vez con un poder inmenso.
Mi cuerpo se recupera lento. La paciencia es una de mis aliadas.
Quiero seguir viviendo esta vida como la veo ahora.
Nos podemos ir de este plano en un cerrar y abrir de ojos y nada de lo que me atormentaba, de lo que me preocupaba, de lo que me entristecía, tiene sentido en ese instante donde puedes fácilmente irte.
La vida humana es VIDA, Y HAY QUE VIVIRLA ,Y VIVIR IMPLICA TODO LO QUE VIVIMOS.
Es muy importante ATREVERSE a vivir, dejar de estar aferrados a un pasado , a un suceso que nos haya marcado, porque si hoy te fueras de este plano te darías cuenta de que nada tiene sentido ahí, y que sólo por apego evitamos vivir experiencias que nos aporten verdadero amor, alegría y por sobre todo TOMAR LA DECISIÓN DE SER FELIZ!!!!
SI, LA FELICIDAD ES UN ESTADO AL QUE HAY QUE DECIDIR LLEGAR Y NO SE ENCUENTRA AFUERA , está dentro de cada ser.
Quería compartir mi experiencia con el COVID y como este cambió mi vida.
Espero pronto recuperar al 100% mi cuerpo físico, porque mi mente y mi espíritu ya lo están.
Gracias por tomarte estos minutos para leer mi experiencia.
💜