Cuando un ser humano deja la vida física, aquellas personas que conformaban sus afectos más cercanos comienzan a tener una “nueva vida” por delante.
“Nueva” significa “diferente” a la vida anterior, cuando compartía con ese ser que se fue.
Aunque se hagan las mismas cosas, aunque nada cambie exteriormente, hubo una transformación profunda en el interior y en la dinámica diaria de aquellos que siguen en el plano humano.
Sin embargo ahora se cuenta con algo valiosísimo: ese Ser que partió se convirtió en la luz, en la fortaleza y la motivación para seguir…
Su transformación le permite vivir permanentemente en cada uno de sus corazones.
Andrea Sara